Otro problema vigente es la situación del actual basurero, ante una desregulación del sistema de recolección de basura así como de su separación, diariamente es quemada basura cuyo humo afecta más a las colonias cercanas, pero también ha provocado un desequilibrio ambiental en terrenos del municipio de Xalpatláhuac. No se habla de sólo enterrar parte de las 80 toneladas de basura que se generan cada día en la cabecera, es necesaria una campaña permanente de separación de residuos, así como un plan que ubique varias opciones para el manejo de la basura y de los desechos reciclables.
No debe bastarle a la sociedad estar contenta con jaripeos que bien pueden ser un negocio redondo para los políticos o pagarse a través de recursos públicos destinados a otros rubros, o bien ser una respuesta fácil al pueblo en lugar de mantener planes y estrategias definidas de desarrollo urbano y atención al acceso a los derechos humanos.
Otra situación relevante es la falta de espacios de esparcimiento y recreación, son casi nulos los lugares destinados para ello. Para una ciudad que cuenta con una tasa alta de población joven es lamentable la indiferencia de los funcionarios frente a la juventud. Si bien surgen apoyos en momentos en que es útil el capital político, no han existido propuestas fuertes que hayan sido aplicadas con éxito y que abonen al sano desarrollo de los jóvenes. El que no haya en Tlapa una casa de cultura, el que solo de nombre exista un centro Poder Joven cuando en realidad es el espacio de la biblioteca pública que solo fue medio pintado, son ejemplos de la carencia de capacidades de los servidores públicos. Cabe destacar que algunos de estos reciben salario mensual de 120 mil pesos como es el caso de los regidores.
Si una pretendida mayoría ciudadana acepta el acudir a votar para la elección de sus representantes como una de las formas que tiene para contribuir a la gobernabilidad, debe existir conciencia de que la práctica, ilegal pero existente, de la compra de votos derivara en la asimilación de futuros actos de corrupción.
Otro compromiso olvidado de la ciudadanía es la vigilancia del uso del recurso público, de la utilización de las herramientas de transparencia y acceso a la información para conocer cómo se desarrolla la administración del municipio.
Además, es necesaria la generación de un consejo ciudadano que pueda plantear formalmente las necesidades macro de la comunidad para su desarrollo en plazos que superen la coyuntura de los tres años. La creación del nuevo hospital general, una clínica de especialidades, un espacio cultural que atienda a las comunidades artísticas y artesanas de La Montaña, acompañados de proyectos que puedan sustentarles, por mencionar algunos ejemplos.
Otro tema a observarse es el de la prevención de la violencia, que el dinero destinado a esto se aplique como tal, que prevenga situaciones de riesgo que pudieran romper el tejido social, cuestiones que no sólo implican la construcción física, sino una atención especializada en un contexto como el de Guerrero.
Es hablar de una tarea que implicaría la participación responsable de ciudadanas y ciudadanos que decidieran hacerle frente a la corrupción, a no sólo criticar o inconformarse sin hacer algo para cambiar lo que no está bien. n