Donde Velázquez Aguirre sí dio al clavo fue en apremiar a los legisladores a que implementen el Mando Único, mismo que cuando fue impulsado en el ámbito federal se estrelló contra la oposición de los alcaldes porque, al concentrar la autoridad en los gobiernos estatales, implicaba retirar a los ediles los subsidios millonarios de que actualmente gozan para mejorar los cuerpos policiaco y que, en realidad, destinan a otros menesteres.
Ahora que, cuando a invitación del gobierno estatal un grupo de alcaldes asistió a la reunión a escuchar el planteamiento de crear una policía única, el de Acapulco se comprometió a estudiar la propuesta, pero nunca más dijo nada.
La realidad es que lo mismo autoridades municipales que estatales y federales, vociferan y manotean manejando las mejores frases que sus asesores les dicen al oído cada día, para ofrecer la impresión de que están trabajando contra la inseguridad, cuando en realidad nada efectivo hacen.
La mejor versión la maneja el gobierno de la República, que acusa a estados y municipios de no hacer su parte en el combate de la inseguridad, en tanto, en el caso de Acapulco y el gobierno estatal, le devuelven la cachetada responsabilizándolo de la ola de sangre.
La Federación afirma que sólo ella trabaja; el estado dice que hace su mejor esfuerzo, y el municipio sostiene, contra viento y marea, que hace lo que le corresponde, en tanto la violencia y la inseguridad van en línea ascendente.
En el caso de la Jardín, algo hay que aplaudirles: ya descubrieron que las balaceras se debieron a la escisión en el grupo delictivo CIDA, es decir que el pleito es entre ellos. Nada de qué preocuparse. n