Sebastián de la Rosa Peláez, pidió licencia al Congreso local para dejar la diputación en un intento de ser candidato a la Senaduría; al poco tiempo de amenazar con salirse del partido si no le asignaban el cargo, declinó a su aspiración porque, según dijo, Ricardo Anaya había sido nombrado candidato a la Presidencia de la República por la coalición Por México al Frente, integrado por el PAN, PRD y MC.
Al final decidió emigrar a Morena.
Evodio Velázquez acarició el sueño de reelegirse como presidente municipal de Acapulco, luego intentaría obtener una candidatura para el Senado. Ni lo uno ni lo otro obtuvo, no teniendo más opción que seguir como primer edil porteño.
No es precisamente por deshacerse de los ya no fantásticos el que el PRD vaya en picada, sino que ha sido la forma de manejarlo a diferentes niveles la razón de su hundimiento, lo que lo llevó a aliarse con Acción Nacional y Movimiento Ciudadano para buscar la presidencia.
Al sol azteca no le dio ya para llevar su propio aspirante; tuvo que agarrarse de Acción Nacional para prolongar su supervivencia, convirtiéndose en satélite de blanquiazul, cediendo a Anaya la libertad de llevar la batuta de la alianza.
Rápidamente el sol azteca va declinando debido a la ambición y a las decisiones equivocadas de quienes lo han dirigido, sin que vislumbre la posibilidad de un repunte, provocando la desbandada hacia otros partidos, sobre todo a Morena. n