Puede usted estar seguro de que emplearán ese movimiento friamente calculado como un elemento de propaganda durante las campañas electorales ya próximas.
Son las campañas electorales la ocasión no sólo propicia, sino también obligada, para emplear a fondo todos los recursos que permitan tomar ventaja sobre los adversarios.
Y por supuesto que el gobierno federal también lo hará, si bien de otra manera: sería ingenuo pensar que sería de otro modo.
En este sentido hay que admitir que el momento de la desgracia no podía ser más oportuno para el gobierno federal, pues ocurrió cuando el proceso electoral recién había comenzado. El Presidente y todo su gabinete tienen por delante la tarea central de coordinar la reconstrucción, de distribuir la ayuda a los necesitados, de acercarse a la gente y mostrarse accesible, al alcance eel ciudadano de a pie. Una oportunidad de oro en tiempos electorales, si se le mira bien.
Por lo demás, el presidente Peña está en mejores condiciones para hacerlo que Miguel de la Madrid, pues este tomó las riendas del país cuando este se hundía en la crisis económica más profunda de su historia, propiciada por el populismo agudo de su antecesor, José Lopez Portillo.
Hoy las reservas financieras del gobierno federal están en niveles óptimos tras varios sexenios de administración con sentido común.
En estas condiciones, arrebatarle el poder al PRI no será tan fácil.