Un punto a favor de la Coddehum sería que en el momento en que ocurre algún suceso en el que intervienen las fuerzas del orden y se hace presente un integrante de la Comisión, los representantes de la ley son más cautelosos en su actuación, sabedores de que, cuando menos, si se exceden, la Coddehum los exhibirá públicamente, pero la esencia de su función no descansa ahí.
“El trabajo de la comisión es velar que se respeten los derechos humanos…”, expone Navarrete Magdaleno; no obstante, se antoja conveniente una evaluación que permita definir si está cumpliendo cabalmente su cometido, el cual obviamente no se traduce en hacer las veces de válvula de escape al concretarse prácticamente a escuchar a las víctimas.
Consideró que “hay un pequeño avance en respeto de la actuación policial a los derechos humanos”; empero, no ofrece elementos que respalden su afirmación.
Porque si bien es cierto que durante 2018 recibió 42 quejas contra policías estatales y en 2017 hubo 50, podría deducirse que hubo menos abusos, pero también podría concluirse que la gente se quejó menos, lo que no asegura que no hubo más atropellos.
En ningún momento se ha sabido que alguna corporación policiaca haya impuesto así sea un solo correctivo a alguno de sus agentes con base en una recomendación de la Coddehum.
Luego, pues, a Navarrete Magdaleno no le alcanza para pavonearse. n